sábado, 5 de julio de 2008



"¿cómo aprender a vivir juntos en la «aldea planetaria» si no podemos vivir en las
comunidades a las que pertenecemos por naturaleza: la nación, la región, la ciudad, el pueblo, la vecindad?El interrogante central de la democracia es si queremos y si podemos participar en la vida encomunidad. Quererlo, no lo olvidemos, depende del sentido de responsabilidad de cada uno. Ahora bien, si la democracia ha conquistado nuevos territorios hasta hoy dominados por el totalitarismo y la arbitrariedad, tiende a debilitarse donde existe institucional mente desde hace decenas de años, como si todo tuviera que volver a comenzar continuamente, a renovarse y a inventarse de nuevo.
¿Cómo podrían las políticas de la educación no sentirse aludidas por estos tres grandes desafíos?
¿Cómo podría la Comisión no recalcar en qué pueden estas políticas contribuir a un mundo mejor, a un desarrollo humano sostenible, al entendimiento mutuo entre los pueblos, a una renovación de la democracia efectivamente vivida?"